martes, abril 12, 2011

Eureka!

Vosotras ideas, ¿por qué os agolpáis en mi mente quebrando mi quietud?, ¿por qué insistís, con ahínco, en hacerme creer en lo utópico?, ¿por qué seguís a mi lado a pesar de haberos abandonado a muchas en el camino? ¿Por qué no te defines tú, mi idea, la verdadera?, ¿por qué os gusta, veleidosas, jugar tenazmente acercándome y alejándome del que sería mi acertado derrotero?...
  
A veces, siendo ladinas, otras certeras y como por ser multitud de miríada de maneras, me hacéis estimaros más que a muchas de mis cosas, y por ello por la fidelidad y constancia que me ofrendáis, os he querido dedicar unos minutos de mi tiempo, unos instantes que no siendo tan valiosos como una alhaja, sí lo son al copar vosotras con ello, el vacuo espacio de mi cabeza.